Por: Jorge A. Olivera
“Alcohol”, “etanol”, “alcohol
etílico”… no importa como lo llamemos, para unos es sinónimo de magia, para
otros es una maldición... En efecto, se trata de una substancia tóxica que afecta
la química del cerebro, pero que también es importante para nuestra nutrición.
El alcohol afecta
directamente a los neurotransmisores, químicos que permiten la transferencia de
información de neurona a neurona. Como consecuencia el alcohol trastorna
nuestro comportamiento de diversas maneras y dependiendo de la cantidad de ingerida.
La siguiente tabla expone
cómo el alcohol influye en nuestro comportamiento dependiendo del porcentaje de
alcohol en nuestra sangre:
Contenido de alcohol en la
sangre
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Nombre del estado de
intoxicación
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Síntomas
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0.03%-0.12%
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Euforia
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· Menor aversión al riesgo y más confianza
·
Menor capacidad de atención
· Enrojecimiento por la dilatación de la sangre
· Comportamiento más espontáneo en vez de razonado
· Pérdida de la coordinación para movimientos finos,
como escribir
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0.09%-0.25%
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Excitación
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· Adormecimiento
· Pérdida de fijación de la memoria a largo plazo
·
Reducción del tiempo de reacción
·
Pérdida de la coordinación corporal
·
Pérdida del balance
·
Visión borrosa
·
Pérdida de la percepción general
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0.18%-0.30%
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Confusión
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· Desconocimiento de dónde se está o qué están haciendo
·
Mareos
·
Alta emotividad
·
Mayor adormecimiento
·
Dificultad para hablar
· Pérdida de la capacidad para reaccionar ante el
dolor
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0.25%-0.40%
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Estupor
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· Incapacidad para pararse o caminar
·
Incapacidad para responder a estímulos
·
Pérdida esporádica de la conciencia
·
Vómitos
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0.35%-0.50%
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Coma
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· Inconsciencia
· Reflejos deprimidos (las pupilas no responden a la
luz)
·
Disminuyen los latidos del corazón
·
Disminuye la respiración
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Más de 0.50%
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Muerte
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Nota: Una persona adulta tiene entre 4.5 a 6 litros de sangre.
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Si bien existen sectores de
la sociedad que satanizan sin piedad al alcohol, lo cierto es que éste juega un
papel importante en nuestra alimentación. Nosotros, así como todo animal que se
alimenta de fruta, reconocemos el estado más nutritivo de las frutas gracias al
alcohol que se acumula en las frutas mientras maduran. El alcohol actúa como
una señal que le dice a nuestro cerebro ¡esto está listo para comer! Por lo
tanto, quien afirme que no toma alcohol debe pensarlo dos veces, pues en teoría
debería abstenerse de comer fruta madura.
Hablando de cerveza, el gas
acelera la absorción del alcohol en el organismo. Por ello, si bien la
concentración de alcohol en la cerveza es menor en comparación a otras bebidas
alcohólicas, sus efectos pueden sentirse más rápidamente.
A tomar con moderación.
¡Salud!
Fuentes:
Freudenrich, C. (?). How Alcohol Works.
http://science.howstuffworks.com/science-vs-myth/everyday-myths/fake-scarcities.htm.
Consultado el 16 de septiembre de 2012.
Horney, I. (2003). A history of beer and brewing. The Royal Society of Chemistry, Cambridge.